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miércoles, 24 de julio de 2013

horror simulador Demo




Juego de terror donde deberás entender qué está sucediendo en este extraño baño. Puedes pulsar sobre los objetos más de una vez para interactuar con ellos.

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Mi adorado tim

Este texto es una recopilación de una extraña llamada realizada a una estación de policía abandonada, hace varias décadas atrás.
”Lo recuerdo muy bien, fue en aquella época de guerras civiles, oh, como podría olvidarlo, no, nunca lo haría.
Me encontraba en mi casa como cada domingo por la noche, ya que trabajaba de lunes a sábado todo el día y parte de la noche. Los domingos salía más temprano. Todo iba igual que siempre, yo regresaba del trabajo, besaba a mi querido esposo e iba al cuarto de Tim y Molly, mis dos pequeños hijos. Ambos era rubios, sí, lo recuerdo perfectamente. Molly era la mayor, últimamente había estado muy callada, tenía 7 años y Tim sólo contaba con 5, a ambos los amaba con gran pasión. Luego, me dirigía a la cocina por un poco de café, menos de dos cucharadas de azúcar, lo recuerdo muy bien. Me senté en el sofá cerca de la fogata, todo iba bien, oh sí, hasta que el reloj de la pared dio las 12 de la madrugada, era mi hora de dormir. Pero ésta vez, algo me detuvo, no era una sombra, no, podía observar su carita de ángel, con una pequeña y diabólica sonrisa. Se encontraba parado en el pasillo, impidiendo la entrada a mi recámara. Lo reconocía perfectamente, era mi pequeño y adorado Tim. Él extendió su frágil brazo hacia mí, y me tomó de la mano, lo podía escuchar cantar, era aquella hermosa canción de cuna que le compuse a Tim cuando era tan sólo un recién nacido. Lo extraño era, que aunque estuviera cantando, sus labios no se movían. No tenía idea de lo que estaba ocurriendo, yo sólo caminaba tras él mientras me conducía fuera de nuestra casa. Yo no hablaba, no sabía que decirle, me sentía hipnotizada por su rostro de bebé, mi bebé.
Mientras habría la puerta para salir al jardín, escuché un grito ahogado, era Molly, sin embargo no podía correr hacia ella, ni preguntarle qué le había ocurrido, no me sentía dueña de mi propio cuerpo. Sólo caminaba detrás de mi adorado Tim, lo recuerdo a la perfección. Nos adentramos en el bosque, se encontraba muy cerca de nuestro hogar, en ese momento, Tim volteó su rostro hacia mí y me habló:
-’Tranquila mami, ya pronto llegaremos, tampoco te preocupes por Molly, ella ahora está en un mejor lugar’-tras decir eso, sonrió.
Quería responderle, oh, claro que lo deseaba, pero las palabras simplemente no salían de mi boca. Tim se detuvo junto a un árbol, en el que se encontraba una soga, atada a una rama.
-’Mami’-dijo Tim-’¿recuerdas el día en el que fallecí?’
De nuevo me sentí dueña de mi cuerpo, sí, eso lo recuerdo. Abrí y cerré los ojos un par de veces y le dije a mi hijo:
-’¿Qué dices, Tim?, no estás muerto, estás aquí, conmigo’
-’Sí, mami, estoy muerto. Y no lo recuerdas porque no estuviste conmigo, estabas trabajando, como cada maldito día. Yo estuve aquí, hace 12 días a las 12 de la tarde, jugando en el árbol, con esta soga. Me columpié varias veces en ella, hasta que por error y sin previó aviso, me ahorqué. Grité, pero nadie escuchó, sólo Molly lo hizo, pero ella sólo se reía de mi porque estaba atrapado en la cuerda y no podía bajarme’
Hasta ese momento de su monólogo, no me había mirado, cuando lo hizo, su angelical rostro se transformó, sus pequeños ojos verdes ahora eran rojo sangre. Sus dientes eran todos colmillos afilados, con pequeñas manchas rojas. Separó su mano de la mía y de sus uñas salieron garras, con las que arrancó todo su rubio cabello, y su blanca piel, ahora era gris.
-’Me abandonaron, ahora, yo los abandonaré a ustedes’-confesó mi adorado Tim- ‘por cierto, papá nunca se enteró de mi muerte, sólo lo hizo unos pocos segundos antes de que yo lo matara, el mismo día de mi muerte. Tú sólo veías una ilusión. Y Molly, oh, mi hermana, a ella le corté la lengua, así no te hablaría de lo sucedido. Y hoy, luego de rodear su cuerpo con pólvora, prendí un fósforo, y ya te imaginarás el resto. Ya sólo me faltas tú’
Tim no me mató, oh, claro que no lo hizo. Decidió dejarme vivir con la tortura de sus recuerdos, de la imagen de mi hija quemada y de mi esposo ahogado en un pozo. Conté esta historia a muchas personas ,y ahora me encuentro aquí, sentada, con una camisa de fuerza, rodeada de paredes blancas, con una única llamada, y un pequeño demonio cantando una canción de cuna, todos los días y todas las noches”

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Cristo invertido

Cuando tenia catorce años, vi algo que me dejo perturbado de por vida. Es muy difícil contarlo, pero tratare de recordar lo más posible.
Yo jugaba con mis primas, jugábamos juegos de mesa. Ese día cayó la noche, empezó a llover muy fuerte.
En el cuarto de mis abuelos, habían varios cuadros de Jesús y algunas cruces, pero había una que era la mas grande y representativa.
Terminamos de jugar monopolio, ya eran algo de las 10 pm, yo fui al baño que quedaba al lado del cuarto.
De pronto oí algo, unos sonidos extraños, retorcidos.
Abrí la puerta del cuarto de mis abuelos (ellos había salido) y vi todo en su sitio.
Me entró miedo porque era de noche y esas caras de yeso de Jesucristo mirándote, daba terror.
Es ahí cuando volteo y veo la cruz grande de cabeza. Estaba volteada, nadie la había movido.
Me espanté, y vi que el rostro de Jesús me sonreía.
Entre en pánico, grité y salí de la habitación.
Mis primas escucharon mis gritos, les dije que vayan al cuarto. Fueron y también salieron corriendo.
Trajimos al papa de mis primas, o sea mi Tío. Entró y no se espantó porque la cruz estaba en su sitio.
Al día siguiente fue lo peor, entré en la mañana al cuarto de mis abuelos, ellos estaban durmiendo, pero todos los cuadros y cruces estaban destrozados en el suelo.
Los levanté y dijeron que había ocurrido, no escucharon nada.
Todo eso me pareció muy extraño.
Mis primas y yo lo vamos a recordar como una anécdota en nuestras vidas.
Cuidado si tienes objetos religiosos, pueden terminar volteados y destrozados
.

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Dolly

Hola. Yo solo quería registrar esto, ya que es la causa de que mi vida sea un infierno.
Permítanme primero empezar por dejar que todos sepan que yo no creo en lo sobrenatural, el vudú, brujería, o religión si es el caso; y aunque no puedo explicar lo que ha ocurrido en mi casa, acabo de asumir deshacerme de esta cosa, sin embargo.
No sé mucho acerca de esta muñeca. Mi esposa y yo fuimos a una venta de garaje hace unos meses, cuando nuestra hija de 3 años la saco de un cofre que tenia extraños objetos.
La muñeca parecía bastante inofensiva, pero cuando examine por la parte de atrás, me di cuenta que tenía unos extraños símbolos por todas partes. Le pregunte a la dueña de la venta de garaje que significaban esos símbolos, por si acaso. Me costó mucho entender cuando la señora me dijo que la muñeca provenía de Irán. Lo mejor que podía pensar era que la muñeca estaba hecha a mano en Irán, y que los símbolos no eran más que una especie de leyenda iraní. Mi esposa se sentía un poco preocupada sobre dejar a nuestra hija con una muñeca con tales marcas tan extrañas. Yo le dije que era solo una muñeca, y le ofrecí a la señora de la venta de garaje para comprarla. Ella me respondió que no sabía como la muñeca había llegado hasta el cofre, y que no estaba a la venta, pero cuando le dije a mi hija que ella no la podía tener, comenzó a llorar histéricamente. Nos dirigimos de nuevo al auto, y vimos a la mujer de la venta de garaje corriendo detrás de nosotros, ella le entrego a mi hija la muñeca.
Yo estaba muy emocionado, al igual que mi hija, pero cuando intente preguntarle cuanto le debía, ella respondió: “No hay cargo, solo váyanse rápido”. Le di las gracias y nos metimos de nuevo al auto, estábamos a punto de arrancar cuando el hombre de la casa salió furioso de su garaje y se puso detrás de mi auto, me impedía arrancar. Tuve que salir y pedirle que se mueva, el dijo que tan pronto como le regresara lo que no fue legítimamente vendido. Le pregunte si se refería a la muñeca. El me dijo que si, y que la quería de vuelta. Exclamo que no era un juguete de niños, y que yo no tenía idea lo que poseía. Yo pedí disculpas y trate de conseguir de nuevo la muñeca de mi hija, pero ella ni quería ni oír hablar de eso, tiraba y agarraba la muñeca. La señora que hacia la venta de garaje se acerco hasta nosotros y nos dijo que solo tomáramos la muñeca, pero el otro caballero se negó, diciéndole que ella no tenía derecho de vendérnosla, y luego comenzaron a discutir en otro idioma, probablemente en Árabe.
Yo no podía creer lo enfurecido que estaba el caballero. Le gritaba muy fuerte a la señora, y le dijo que se fuera dentro, el dijo “cuida de esto” pero ella se negó, y nos dijo que nos fuéramos, rápido, y le dijo al hombre que no merecía la muñeca, lo que sea que eso significara. Por último me grito: “Dame la muñeca, AHORA!” Yo le dije que no tenía ningún problema dándole de vuelta la muñeca, y que se calme, que yo solo necesitaba obtenerla de mi hija, ya que ella no la quería soltar. El hombre de pronto parecía sin aliento, y su esposa, o lo que sea que fuera, le dijo que necesitaba tomar su medicación. El dijo que NO me dejaría ir, mientras caminaba hacia su casa a tomar la medicación. Necesito decir, que yo no quería quedarme, entonces volví a intentar sacarle la muñeca a mi hija, pero ella estaba teniendo un ataque. La mujer me dijo “Por favor, solo váyanse.
Tomen la muñeca, cuiden bien de ella. Ahora, por favor váyanse, antes de que el regrese.” Prendimos el auto y nos fuimos a toda velocidad, preguntándonos qué diablos había pasado y porque quería tanto a esa muñeca.
Ahora, todo esto sucedió hace unos meses, y así es como lo recuerdo exactamente todo. Pero lo que iba a venir en los próximos 3 meses más o menos, me hacen pensar totalmente diferente acerca de por qué ese hombre quería tanto a la muñeca.
Mi hija dormía con la muñeca cada noche, e incluso la llamo “Dolly”, cuando después de solo una semana, cosas extrañas comenzaron a suceder. En primer lugar, nuestra hija comenzó a despertarse en medio de la noche, gritando por las horribles pesadillas que tenía. Como padres, nos tomamos esto como normal, porque todos los niños tienen pesadillas en medio de la noche. El problema fue, que paso de tener una pesadilla por semana, a una cada noche, a varias cada noche. Empezamos a dejar que durmiera en nuestra cama todas las noches, pero nos dimos cuenta que todos empezamos a tener esas pesadillas, sueños extraños, sueños de terror.
Ahora, como dije antes, yo no creo en todas esas cosas, yo hasta el día de hoy creo que estos sueños fueron inducidos psicológicamente por todo lo que había ocurrido, pero cuando mi hija empezó a explicar sus pesadillas a mi esposa, fueron muy similares a las de ella, sueños de horribles gusanos gigantes, que subían a la superficie a tirar de sus víctimas (mi esposa e hija) hacia las profundidades de la tierra.
Mi esposa me explico sus pesadillas a mí, y poco después, comencé a tenerlas también. Creo que era como ver una película, y soñar con ella en la noche. Sin embargo, las pesadillas se pusieron tan vividas, que mi esposa e hija se despertaban gritando. En este punto, no tuve en cuenta a la muñeca, ya que todavía no tuvo algo que ver con nuestro dilema.
Era el mes que venía, que nos tuvo a todos pensando diferente. Mi hija empezó despertándose en las noches diciendo que “Dolly” quería ser “libre”. Le dije que yo no le entendía, y ella me explico que Dolly le había dicho que quería ser libre. Lo tome como solo una cosa que los niños hacen, y le dije a mi hija que se fuera e intentara dormir.
Una mañana nos despertamos, y no podíamos encontrar a la muñeca, mi hija estaba muy nerviosa, entonces realizamos búsquedas por todas partes de la casa, para finalmente encontrarla en el bolsillo de mi saco. Le pregunte a mi hija porque la puso ahí, pero ella juro que no lo hizo. Le pregunte a mi esposa si ella la puso en ese lugar, pero negó haberlo hecho. Honestamente, no sé como llego allí, pero se la devolví a mi hija, y ella era feliz de nuevo.
Mi hija llego al punto de que no iría a ninguna parte sin Dolly, siempre la llevaba bajo el brazo, o en la mano, y hablaba con ella constantemente durante horas. Era como si estuviera teniendo una conversación con una persona real.
Una noche en la mesa, tome a Dolly y la puse lejos de ella, le dije que la podría tener de vuelta si comía toda la cena, ya que ella no estaba comiendo mucho, hablando con esa muñeca estúpida. Ella lloro con tanta fuerza, que termino vomitando en la mesa. En ese punto, yo ya había tenido suficiente! Le dije a mi esposa que era el momento justo para tirar a la muñeca a la basura, que nuestra hija se había vuelto grande e independiente de Dolly. Ella argumento que tirarla sería como tirar mi televisor pantalla grande a la basura, y que nuestra hija realmente amaba a Dolly. Yo no estaba de acuerdo, y tome la muñeca y la arroje a la basura mientras mi hija dormía. Mi esposa me atrapo en el acto, y termino por recuperar la “cosa” de la basura.
Por último, hace poco, mi hija se despertó en medio de la noche, y nos dijo a mi esposa y a mí, que Dolly quería llevarla a dar un paseo nocturno, y que yo abrirá la puerta principal para que pudieran salir de la casa. ERAN LAS 3AM, GENTE!!! ¿¡que diablos!? Esto se prolongo durante una semana, por lo menos.
Luego como si las pesadillas no fueran suficiente, mi hija nos despertó, afirmando que Dolly había caminado a través de la cama por sí misma, de un extremo al otro. Ella supuestamente le dijo a mi hija que era “mágica”, y que un día, mi hija va a ver quién es Dolly realmente! En este momento, mi esposa estaba teniendo los sueños de gusanos enormes, y las criaturas viscosas.
Todo esto fue demasiado. Sigo convencido de que todo esto es causado por la falta de sueño, o por algún tipo de delirio. Sin embargo, en mi opinión, un niño de 3 años no debería estar hablando de esta manera. Ahora, no sé qué hacer con esta cosa! Mi esposa dice que ella no me la dejara tirar, y que podría llegar a ser una reliquia familiar. Le dije que si no me la dejaba tirar, que solo la vendería en eBay. Ella se puso furiosa! De todos modos, mi esposa e hija fueron a pasar un tiempo con su madre (la abuela de mi hija), así que escondí la maldita cosa en mi caja fuerte, y supuse que no podrían encontrarla antes de que se fueran. Mi hija estaba histérica! Pero estoy usando esto como mi oportunidad para finalmente, y en última instancia, deshacerme de la cosa.
Después de buscar más de una hora, mi hija me miro fijo a los ojos y me dijo: “Papa, se que la tienes, y Dolly lo sabe también! Ella va a asegurarse de que el gusano grande venga por la noche!” Alguien por favor dígame, ¿Cómo diablos un niño de 3 años habla así? De todos modos, aquí esta su oportunidad gente, estoy vendiendo esta cosa, ya que está empezando a arruinar mi matrimonio y mi vida. No sé si esto detendrá las pesadillas o no, pero si sé que es mejor para mi hija finalmente deshacerse de la cosa! He tomado fotos de la parte delantera de la muñeca, que parece agradable y dulce, y de la parte posterior de la muñeca, que tiene marcas de las cuales no tengo idea de su origen, o qué demonios quieren decir.
Si alguien puede decir que significan estas marcas, o si tienen alguna idea, por favor, contacta conmigo y hazme saber! Tengo bastante curiosidad, si quieren decir algo, o si es solo un montón de tonterías.
No sé lo que se utilizo para escribir estas marcas en la muñeca. Se ve como una especie de tinta o yodo, o algo así. ¿Quien sabe? De todas formas, he incluido fotos de cerca de las áreas con las marcas para su placer visual. Voy a empezar a hacer una oferta en $5.00. Una vez más, si alguien sabe lo que significan estos símbolos, sería muy apreciada la info! Gracias por hacer una oferta, y finalmente, sacando este lio de mi vida.
De: spri-x-x-5@ho-x-x-.com
Estaba revisando tu sitio que es asombroso, y quería pasarte alguna información sobre la muñeca embrujada de eBay…
Los símbolos en la parte posterior de la cabeza de la muñeca son del Necronomicon. (Un libro, probablemente ficticio, con la intención de invocar demonios.) El símbolo de arriba es el sello de Marduk. – “El señor de señores, el maestro de los magos, su nombre no debe ser llamado, salvo cuando ningún otro lo haga, y es la responsabilidad más terrible para el que lo haga.” La palabra para su invocación es “Dugga”… . Los cuatro últimos símbolos son la segunda línea son del texto de Urillia – .. “ …El libro del gusano. Este contiene las formulas por el cual los demoledores de destrucción pueden realizar sus ritos. Estas son las oraciones de los ensnarers, los mentirosos en espera, los demonios ciegos del caos, el mas mas antiguo”.
Solo quería pasar a lo largo de esto, el pensamiento de los lectores o del caballero que envió en mensaje original, me gustaría saber lo que estaba viendo. Todo el material citado fue tomado de Necronomicon, probablemente pueda encontrarlo en cualquier tienda de libros, si está interesado, yo lo he encontrado en una mina de Fronteras.
Mantenga el sitio interesante!
Ah, y si es posible, respóndeme y déjame saber……
(Por si no lo sabía, el Necronomicon es un libro ficticio mencionado en los libros de H.P Lovecraft).

ATENCIÓN:
Por favor, lea esta frase en voz alta: “Hola, Molly.”
Si lo leiste en voz alta como dicen las instrucciones, vas a estar seguro.
Si lo leiste en tu cabeza Molly va a estar segura tambien… Dentro de tu cabeza.

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sábado, 20 de julio de 2013

Carbeola incident


Al final de la Primera Guerra Mundial el sargento Kirley recibió órdenes de unirse a las tropas enemigas para luchar contra un ejército de espeluznantes criaturas que habitaban una trinchera abandonada. Los seres resultarán ser zombis que ansían comerse a todos los soldados supervivientes.

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Condorito y su tenebroso chiste

No encontré el creepypasta escrito así que solo dejare el vídeo espero que lo disfruten

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Los sueños

Tal vez algunos creerán que esto es simplemente una historia más de una mente perturbada que no tiene alguna otra cosa que hacer pero no es así.
Los sueños, ventanas a lo que realmente pensamos, a nuestros más profundos sentimientos pueden ser armas de doble filo.
Yo era un chico cualquiera, atraído por las emocionantes historias de terror que me hacían tener pesadillas en ocasiones pero nunca creí que alguno de ellos comenzara a suceder en la realidad.
Como muchos de los que leemos creepypastas desearíamos experimentar algo parecido a lo que nos imaginamos podría suceder, excepto yo desde aquella noche.
Después de haber leído más de 5 creepypastas en una noche estaba completamente asustado, mi cuerpo se erizaba con la más mínima brisa. Chateaba con una amiga que me decía que dejara de leer eso, tratando de convencerme para que dejara de asustarme porque cosas malas podrían suceder. Como todo incrédulo adolescente continué leyendo hasta que se hizo tarde, mi amiga se desconectó y yo me fui a la cama por orden de mis padres.
Trataba de tranquilizar el nerviosismo que invadía completamente mi cuerpo en ese momento y como pude logré dormir. Comencé a soñar algo, me encontraba en algún lugar, no me era familiar pero parecía como un laboratorio sucio y abandonado ya que las luces estaban apagadas y la única puerta que veía estaba cerrada con un oxidado candado segun lo que alcancé a notar.
Buscaba en las paredes algún apagados para poder ver donde demonios me encontraba y después de unos intentos lo encontré. Encendi la luz y un horrible escalofrío me hizo caer de rodillas ante aquella horrible masacre de la cual mis ojos eran testigos.
Las paredes estaban llenas de manchas de sangre y restos de cuerpos desmembrados colgados en ganchos con gotas escurriendo, y un cuerpo sobre una mesa de cirugía que estaba mirándome.
Del miedo me paralicé, estaba en un sueño pero no podía despertar. ¿Por qué? Ninguna parte de mi cuerpo se movía, pude sentir el dolor de ese cuerpo en la mesa cuando comenzó a moverse y gritar de dolor. Había sido torturado cruelmente y no tenía parte de la pierna, su cara estaba desfigurada y no tenía la mayoría de la piel, trató de pedirme ayuda pero el pánico me dominó y no hice nada. Escuché como alguien quitaba el candado y por instinto me escondi debajo de la mesa donde el cuerpo a medio morir se encontraba.
Un mantel largo y manchado me encubría así que era imposible que notara que en el lugar estaba alguien más.
Escuché como entraba el misterioso extraño y con una voz horrible que me hizo sentir en el mismo infierno dijo: Debo terminar esto.
Acto seguido comenzaron gritos de furia intensa, escuchaba golpes de cuchillas contra algo duro, estaba cortando de seguro los huesos porque oía como pedía piedad y misericordia entre sollozos y lamentos sin recibir respuesta mientras continuaba siendo horriblemente asesinado hasta que cayó a mi lado uno de sus brazos.
Llevé mi mano a mi boca para evitar vomitar y gritar mientras lágrimas resbalaban por mis mejillas, me quedé mirando como la sangre escurría del brazo amputado. Cerré mis ojos y quería irme de ahí, mi corazón latía al máximo y otra vez esa voz endemoniada que decía: Tienes miedo? Ahora es tu turno… Sí es que quieres volver a tu realidad tendrás que hacerlo.
Sabía que estaba ahí, ¿Cómo?
Volví mi cuerpo hacia atrás y estaba mirándome fijamente, sus ojos parecían estar llenos de furia, casi sentí que podía matarme en ese momento, su sonrisa me hizo darme cuenta que esto ya no era un sueño y un escalofrío recorrió mi cuerpo de pies a cabeza.
-Quieres volver? Pues ahora enfrentarás tu miedo.- dijo con una voz horrible, era tan denomiaca, parecía como el sonido de una motosierra en mis oídos, salió y volvió con un cuerpo arrastrando, sangre escurría de una bolsa negra que tenía en su cabeza, y lo puso en la mesa, el otro cuerpo ya no se encontraba ahí, no identificaba quién era, sólo pude notar que era hombre por su vestimenta.
Salí de debajo de la mesa y mi corazón latía a mil por hora, me indicaba que terminara el trabajo por él, había varios objetos que podrían ser usados para matar detrás de mi, entre ellos un hacha ensangrentada y un cuchillo de carnicero, me negué inicialmente pero amenazó con terminar el trabajo él mismo. No entendí a que se refería hasta que trajo otro cadáver, tenía también una bolsa negra cubriendole el rostro, se la quitó y pude ver que se trataba de mi hermano.
-Qué le vas a hacer maldito!?- grité mientras vi algo que me hizo querer morir en ese instante. Sacó una navaja de su bolsillo y la introdujo en su estómago, abriendolo como sí de un animal se tratara. Sangre emanaba de su boca y sus ojos se pusieron blancos, un grito mío retumbó en aquella infernal habitación.
-Puedo arreglarlo sí terminas- me dijo con era maldita voz que me infundía más y más temor.
Tomé el hacha con mis manos y de un tajo enfurecido golpeé la pierna del cadáver, sentí como atravesaba el muslo y parte del hueso, mi rostro se empapó de sangre y mi respiración era acelerada. Tal vez porque me incitaba gritando: Hazlo!! Hazlo!! O por la adrenalina del momento pero no quería detenerme.
Estaba cegado por la furia y cuando vi que trataba de moverse entendí que no estaba del todo muerto. -Muerete ya maldito! -grité y tomé el cuchillo de carnicero. La voz con la que exclamé eso no era mi voz normal, era mucho más grave, parecida a la del asesino. No le di importancia y clavé la punta del arma en su corazón, continuaba retorciendose así que decidí acabar de una vez por todas esto. Puse mi mano en su rostro, con el cuchillo comencé a golpear el cuello de este frenéticamente hasta que mi mano resbaló jalando la bolsa.
Lo había degollado y su cabeza rodó fuera de la bolsa.
Caí en el suelo y comencé a llorar, tenía ganas de vomitar por aquella masacre que había causado y oí que una voz susurraba algo.
Volteé hacia aquella cabeza cortada y tenía los labios cosidos, le faltaban las córneas y era extrañamente parecido a mi.
Decía con una voz que infundía terror, pero esta no era grave o ruda, más bien parecía una mezcla de quejidos y lamentos agudos: ‘Bien, lo hiciste, terminaste con tu propia vida, no te importó saber quién era tu víctima, ahora sufrirás como los otros’.
-Qué otros?- pregunté, pero mi voz era gruesa y tosca, me había convertido en el asesino y era mi turno de buscar otro curioso que disfruta de jugar con lo desconocido.
Mi corazón ya no tenía emociones, y hoy que al fin conseguí a alguien incauto que piensa terminar de leer esto, podré volver a este mundo, gracias a ti…
No te duermas…

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the rake

El Rastrillo, o The Rake es una leyenda urbana similar a Slender Man y Palid Face. Esta versión está editada, resumida, mejor dicho. Es sólo un fragmento de la que me encontré en internet, que tenía un formato similar a un reporte. Esto pasó tal fecha, aquello la otra. Pero también contenía esta historia de una mujer que tuvo un encuentro con The Rake, que fue la parte que más me gustó. Y aquí está :v
Hace tres años, acababa de regresar de un viaje a las Cataratas del Niágara con mi familia por el 4 de julio. Estábamos exhaustos luego de conducir todo el día, así que pusimos a los niños en la cama y nos fuimos a dormir.
A las 4 de la madrugada me desperté con la idea de que mi esposo había ido al baño. Aproveché para jalar las sábanas, despertándolo en el proceso. Me disculpé y le dije que pensé que se había levantado de la cama. Cuando me vio, suspiró y retiró sus pies de la orilla de la cama tan rápido que su rodilla casi me tiró. Me agarró y no dijo nada.
Luego de ajustar mi vista a la oscuridad por medio segundo, fui capaz de distinguir qué causó la reacción. Al pie de la cama, sentado y viéndonos de lejos, había lo que pensé era un hombre desnudo, o un gran perro sin pelo de algún tipo. Su posición era perturbadora y no natural, como si hubiese sido arrollado por un auto. Por alguna razón no sentí miedo, sino preocupación por su condición. Hasta ese momento, estaba bajo la asunción de que debíamos ayudarlo.
Mi esposo estaba viendo sobre su brazo y la rodilla, doblado en posición fetal, ocasionalmente viéndome antes de regresar la mirada a la criatura.
En un movimiento veloz se arrastró hacia nosotros, a un lado de la cama, hasta quedar a poco menos de 30 cm. del rostro de mi esposo. Por medio minuto, en silencio, sólo le observó.
Se levantó y corrió al pasillo en dirección a los cuartos de los niños. Grité y fui tras él para detenerlo y evitar que los hiriera. Cuando llegué al pasillo, la tenue iluminación era suficiente como para verlo agachado y jorobado a unos 6 metros a la distancia. Estaba cubierto de sangre y tenía a Clara, mi hija. La arrojó bruscamente y huyó por las escaleras cuando mi esposo le disparó con su arma desde la habitación.
Una gran herida atravesaba el pecho de Clara y con esfuerzo se mantenía consciente. Llamamos por una ambulancia e inútilmente tratamos de detener el sangrado, mi esposo maldecía iracundo y lloraba descontrolado. Presenciar la vida de mi hija terminar me tenía paralizada y escuchar los lamentos de su hermano menor ante la situación fue insoportable. Sin darme mucha oportunidad de reaccionar mi esposo tomó a Clara y la llevó a la camioneta, desesperado por la ausencia de ayuda la encaminó él mismo al hospital. Estoy segura de haberla escuchado decir “Él es el Rastrillo” en una débil y esforzada voz previo a que dejara la habitación.
Impactaron violentamente contra un camión de carga que frecuentaba la ruta de nuestro pueblo, murieron casi instantáneamente.
En pocos días la noticia se movilizó entre los medios. La policía ayudó un poco al principio, y el diario local tomó mucho interés en ello. Pero nada jamás fue publicado, y la nota en las noticias locales nunca tuvo seguimiento.
Por varios meses, mi hijo Justin y yo nos quedamos en un hotel cercano a casa de mis padres. Después de que decidimos regresar a casa, comencé a buscar respuestas por mí misma. Eventualmente encontré a un hombre en otra ciudad vecina que tuvo una historia similar. Entramos en contacto y comenzamos a hablar de lo ocurrido. Conocía a otras dos personas que habían visto a la criatura que ahora llamaremos El Rastrillo, en Nueva York.
Nos tomó a los cuatro casi dos años de buscar en internet y escribir cartas para obtener una pequeña colección de lo que creíamos que eran registros del Rastrillo. Ninguno dio detalles, historia o seguimiento. Una jornada involucraba a la criatura en sus primeras 3 páginas, y nunca mencionada de nuevo. El diario de un marinero no explicaba nada del encuentro, diciendo que el Rastrillo le ordenó largarse del puerto en el que recientemente había desembarcado. Fue la última entrada del diario.
Eran varias las instancias en que la visita de la criatura era una en una serie de visitas a la misma persona. Muchos daban registro de que el Rastrillo les habló, mi hija incluida en esos testigos. Esto nos llevó a preguntarnos si el Rastrillo nos había visitado anteriormente antes del último encuentro.
Puse una grabadora digital cerca a mi cama y la dejé corriendo por toda la noche, cada noche, por dos semanas. Oía con interés los sonidos cada día que me despertaba. Para terminar con la segunda semana, estaba acostumbrada al sonido usual del sueño mientras oía el audio a 8 veces la velocidad normal, por cerca de una hora diaria.
Casi a finales del primer mes oí algo diferente. Una voz aguda, estridente. Era el Rastrillo. No pude escucharlo lo suficiente como para transcribirlo. No había dejado que nadie lo oyera. Todo lo que sé, es que lo oí antes, y ahora sé que habló cuando estaba sentado frente a mi esposo. No recuerdo haberlo oído en ese momento, pero, por alguna razón, la voz en la grabadora inmediatamente me lleva de vuelta a ese momento.
Los pensamientos que debieron pasar por la mente de mi hija me hicieron enojar.
No he visto al Rastrillo desde que arruinó mi vida, pero sé que ha estado en mi habitación mientras dormía. Sé y temo que un día despertaré para verlo de pie, con su mirada vacía puesta sobre mí.
la historia completa en el siguiente vídeo


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Pained y la leyenda de pokemon demonio

Debo contaros que, sinceramente, comprar el nuevo juego de Pokémon Negro por Internet, ha sido la peor decisión de toda mi vida. Pronto comprenderéis por qué.
Hace un par de meses, cometí dicho error: obtuve mi juego de Pokémon Negro, comprándolo por Internet… Aquí empezó todo.
Una mañana cualquiera, tras el desayuno, el cartero llamó a mi puerta. Yo sabía perfectamente a lo que venía, pues llevaba esperando su llegada durante unas tres semanas. La paciencia infinita que tuve para conseguir el preciado (preciado, me lo parecía al principio) juego, se vio recompensada al fin. Abrí la puerta, firmé sus papeles y adquirí mi paquete. Ya desde ese momento sentía, a la par que la alegría de tenerlo, una siniestra sensación, a la que francamente no hice demasiado caso (craso error).
Nada más entrar en casa, no dije nada a nadie. Subí corriendo a mi cuarto a jugar y jugar como un poseso, no podéis imaginar con qué ganas lo iba pasando y cuánta diversión me daba hacerlo. La idea de vivir una nueva aventura Pokémon siempre me emociona…
A la hora de la merienda, descansé un poco. Tras comerme mi bocadillo, cogí mi DS y salí a jugar con mis amigos, y de paso poder presumir de mi nueva “joyita”. Casi todos mis amigos tenían ya el juego, y ya iban bastante avanzados, por lo que me molestaba un poco verles ya cercanos a su séptima medalla, alguno que otro venciendo a Mirto, en fin.. Bastante adelantados. Pero, qué deciros, el juego me parecía tan especial, que a mis ojos, aunque supiese ya qué iba a suceder más adelante, no perdía su misticismo natural. Yo era como un niño con una piñata de cumpleaños: todos sabíamos que había chuches… Pero no perdíamos la ilusión de apalear esos simpáticos muñecos.
En una de éstas, al dejar de jugar todos, nos pusimos a bromear; mis colegas con el Pokémon Blanco debatiendo contra mis amigos con Pokémon Negro, entre los cuales me encontraba yo, sobre qué juego era el mejor. Todos mostrábamos nuestros cartuchos, haciendo toda clase de tonterías y “frikadas”. Ese fue el concreto instante en el que me di cuenta de que algo no iba bien…
Por algún motivo que no comprendía, y desearía nunca haberlo comprendido, la tarjeta de mi Pokémon Negro no coincidía con la de mis otros compañeros; la pegatina del juego era diferente, no poseía los símbolos distintivos de la casa Nintendo, y el fondo era de un negro más oscuro…
En principio sólo lo vi curioso. Quizá el motivo era que, al adquirir yo dicho juego posteriormente que mis amigos, habían cambiado el modelo, o tal vez todo se debía a que yo lo compré por Internet, en otro lugar donde la fuente era distinta. Quizá simplemente su anterior dueño la había diseñado porque le gustó más así, quién lo sabría. A fin de cuentas, jugué delante de los demás y nadie vio nada distinto en él, tampoco yo me percaté de nada. Mientras os escribo esto soy bien consciente de lo ingenuos que fuimos… De lo ingenuo que fui.
Terminamos la tarde con un divertido partido de fútbol. Siempre despeja y sienta bien una buena sesión de deporte, en especial con personas que te diviertes. Tras esto, nos despedimos. Era hora de volver a casa.
Al llegar a casa, era bastante tarde. El partido se había extendido más de lo esperado, y yo me entretuve por el camino. Mi madre y yo tuvimos una discusión… Importante, para ser sutil. Acabé bastante enfadado con ella, aunque no menos que ella conmigo, y lo peor es que, de postre, tenía ahí a la pesada de mi hermana tocándome las narices: “¡Mamá tiene razón siempre!” “¡Mamá te ha reñido, chincha rabiña!” Esas frases tan profundas y que acompañan en el sentimiento, con las que siempre nos deleitan las hermanas pequeñas.
Total, que me evadí un poco del mundo, tomando una agradable ducha. Tras esto, me dispuse a cenar, sabiendo perfectamente que no podría, tras todo lo que pasó con mi madre. Estaba castigado sin ordenador, sin consolas, y evidentemente sin cenar. No era preciso decirlo.
Tan solo fue entrar en la cocina, y mi madre lo dijo todo con una sola mirada. Sin discutir ni rechistar, porque yo también estaba cansado de problemas, me subí a mi cuarto. Si se pensaba que no jugaría a mi nuevo juego de Pokémon Negro, iba lista. Contaba con la DS en mi bolsillo y una edad de adolescente perfecta para adoptar una actitud de rebeldía. Sin más preámbulos, jugué.
Proseguí con mi partida. Me llamó mucho la atención que, en el menú principal que aparece después de Reshiram y “Pulsa Start”, las letras eran de color rojo intenso. No me había dado cuenta ni me había fijado de cómo eran antes, así que di por hecho que siempre habían sido así. “¡Qué chulo!”, pensé para mis adentros. Hoy sé perfectamente que son blancas…
Al darle a la opción “Continuar”, el juego se me congeló. Genial, vamos… Un juego nuevecito, y ya tocando las narices. ¿Podría ir a peor la cosa? … Sí.
Después de dos o tres intentos más, finalmente pude continuar la partida. Me encontraba donde había guardado, en Ciudad Gres. Antes de jugar el partido, hacía ya un par de horas, acababa de superar el Gimnasio Gres y la zona del Solar de los Sueños. No me costó demasiado. Orgulloso, con mi primera medalla, seguí adelante. Nunca olvidaré el precioso detalle acuático de la fuente situada a la salida de dicha ciudad. Fue lo último que viví con normalidad de este juego…
Llegué a la Ruta 3. Allí, mientras andaba, de repente, se me abrió un cuadro de diálogo. En él, una persona que de momento no sabía quién era, me llamó. Me dijo: “¡Oye, Thor! ¡Esperaaa!”. Thor era el nombre de mi entrenador en el juego. Me suponía que estaba comenzando un nuevo espacio en el que sucede la historia, diálogos de forma lineal. Ya sabéis… Viene el profesor, el rival, mamá, sucede un combate, te entregan algo… Esas cosas que siempre sabemos que ocurrirán cuando algo nos para de repente en los juegos de Pokémon. Sin embargo, esta vez era distinto. Nada más ocurrió, podía moverme libremente por la ruta sin opresiones de ningún tipo. Busqué quien pudiera haberme llamado, quizá era un suceso del juego en el que alguien iba a darte un susto bromeando. Y vaya que si me dieron un susto, aunque no como habría deseado. En absoluto…
Debo admitir que en este momento me invadía cierto malestar. No tenía miedo, después de todo… ¿qué podía pasar? Pero el hecho de que algo fuera a pasar de repente en el juego, aunque se tratase de una tontería, siempre me daba cierta inquietud.
Volví sobre mis pasos, en busca de quien me hubiera llamado. Pasé por toda la Ciudad Gres, edificios, personas, todo. Analicé detalladamente la fuente que estaba a su lado, la gente por allí. Nada. Nada fuera de lo normal. Confuso aunque más tranquilo, me decidí a continuar. “Probablemente aparecerá más adelante, al final de la ruta”, me decía.
Al pasar una vez más por la misma ruta, en el mismo sitio… De nuevo, la llamada… “¡Oye, Thor! ¡Esperaaa!”. Vale, aquí sí que estaba asustado, hablando con franqueza. Esta vez fui más meticuloso y observé a mi alrededor. Me fijé en un detalle importante: Mi personaje dirigió la mirada al frente al cerrar el cuadro de diálogo. Allí se encontraba un anciano. Su mirada, tras lo sucedido, me invadió de temor. Supongo que en ese momento todo fue sugestión… Pero de ahí en adelante, nada fue producto de mi imaginación.
El anciano permanecía impasible y estoico, observándome. ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Qué quería de mí? Y, lo más importante: ¿qué iba a suceder?
Armado de valor, me dirigí hacia él, y le hablé sin vacilar. Él me dijo: “¡Ah, eres tú!” … ¿Eres tú? ¿tú? ¿de qué me conocía? Tal vez se trataba de algún vidente que formaba parte de la historia… Aunque ninguno de mis amigos me había contado nada de eso. Había visto el final del juego y nada en él me encajaba con la presencia de un vidente entre los personajes. Pero bueno, me autoconvencí de ello, qué remedio.
El anciano continuó hablando: “Hemos cuidado de tus Pokémon y, ¡vaya sorpresa que nos hemos llevado!” …
Esta frase ya me sonaba más. Durante unos segundos respiré tranquilidad… “Maldita sea, es el viejo de la Guardería” me dije aliviado. Hasta que caí en la cuenta…
Acababa de llegar ahí por primera vez en toda mi partida. No había ninguna partida anterior guardada, el juego estaba completamente al principio. ¿Qué Pokémon? No había dejado ningún Pokémon… Era imposible. De nuevo el temor me invadió… Quizá ahora más que antes.
A medida que el anciano hablaba, mi miedo aumentaba: “¡Tus Pokémon tenían un Huevo!” … Si antes me aumentó la sensación de malestar, imaginaos cómo estaría ahora. ¿Qué iba a salir de ahí? Es un Huevo nacido de la nada… De ninguna parte. Era totalmente imposible que fuera mío.
Tras esto, llegó el instante que marcaría el rumbo de esta historia para siempre… Y lo sé, siempre sabré que me equivoqué al decidir…
El anciano dijo: “Todavía no sabemos de dónde lo han sacado”. Anda, amigo, yo tampoco.
“¿Lo quieres?” … Permanecí en esa pregunta durante 10 minutos aproximadamente, sin exagerar ni un poco. Poneos en situación: Sábado, madrugada, en tu cama, bajo la sábana, un silencio sepulcral en tu casa… Te ofrecen un Huevo de procedencia absolutamente desconocida. No es como esas ocasiones en las que te dicen “No sabemos de dónde ha venido” y tú sabes perfectamente lo que han hecho tu Pokémon macho y hembra. No. No había nada ni nadie que hubiera dado vida a ese Huevo tan enigmático…
“Sí”. Esa fue mi elección. Mal, muy mal. Nunca debí. “Llévatelo y no regreses con él”, me dijo finalmente el anciano. Juraría que en ediciones anteriores, el anciano de la Guardería solía ser más gentil… Pero bueno, me conformé así. Entonces decidí hablarle de nuevo… En juegos anteriores, cuando hablabas con él, te decía qué Pokémon tenías dentro de la Guardería, así como en qué grado congeniaban, para así saber si pueden criar entre sí.
Al hablarle, el anciano me dijo la frase que me dejó completamente seguro de que estaba pasando algo MUY raro. Él dijo:
“Llévalo lejos… Devuélvelo a su lugar.”
De acuerdo. Ahora pude declararme oficialmente cagado de miedo. Algo muy extraño sucedía con ese Huevo. Si era parte de la nueva trama de Pokémon Blanco y Negro, hubiera admitido que estaba muy currada. Demasiado currada. Y, desgraciadamente, no solía ser así.
Examiné mi Huevo. En sus Datos podían apreciarse muchas cosas demasiado extrañas para un simple Huevo. El primer dato parecía estar bien: “Huevo misterioso obtenido el 8-8-2011”. Lo siguiente me dejó más confuso… “Origen: Lugar lejano.” Señores, creo que todos sabemos muy bien que el Origen de todos los Huevos es “Guardería” o “Pareja Guardería” o algo así. Y la Guardería no es un lugar que digamos Lejano.
El tercer y último dato me dio lo que yo creía que era la respuesta al misterio. “Vigilando el Huevo – Parece que a este Huevo le va a costar abrirse…” Bingo. Debía tratarse de uno de los conocidos “Huevos Malos”. Ahora todas las piezas me encajaban: el juego debería haberme venido mal, y eso daba esa serie de errores tan particulares. A pesar de tener un Huevo Malo en un juego recién comprado, me sentía aliviado. Irónico, ¿no?
Por desgracia, aquí no acabó todo: me extrañó el hecho de que dicho Huevo tenía Pokérus. ¿Esto era posible? No estaba seguro, la verdad. No le di importancia. Ahora no me asustaba, a todo lo raro que veía le adjudicaba el motivo de que se trataba de un Huevo Malo. Como último detalle que captó mi interés, añado que el Huevo estaba manchado de rojo, y no de verde, como suele ser normal. Esto último me hizo pensármelo más, ya que había visto en páginas especializadas imágenes de Huevos Malos y, físicamente, eran imposibles de distinguir. No obstante, negado a ser supersticioso, seguí convenciéndome de que todo ocurría debido al posible defecto de mi juego.
Ahora, por desgracia, volvemos a los sucesos paranormales: Cerré el cuadro de Datos del Huevo, y me dirigí hacia el PC para dejarlo ahí. Todos sabemos que abrir un Huevo Malo es muy peligroso para la partida. Dejaría que se pudriese en un hueco del PC, en la última caja, en el último hueco. Sin embargo, en este momento, ocurrió algo inexplicable para cualquier juego, cualquier circunstancia y cualquier “Huevo Malo”:
“Lleva una carta”.
Lectores y lectoras: ¿Cómo narices (por no decir cojones) lleva un Huevo, aunque sea el más Malo de los Malos, una carta? Es IMPOSIBLE. Mi tranquilidad de que fuese un Huevo Malo para olvidar en el PC para siempre se desvaneció, destruida en mil pedazos. De nuevo reemplacé cordura por temor. Me puse bastante nervioso…
Apagué el PC y miré mi equipo. Sí, el susodicho Huevo llevaba una carta. Era la primera vez, y esperaba que la última, que veía el sprite de un Huevo con el símbolo de carta a su lado. Lejos de resultarme gracioso, hizo que se me encogiera el corazón.
No había aprendido la lección. En ese momento me di cuenta. Si bien la curiosidad me arrastró a aceptar ese Huevo a un extraño anciano, ahora me empujaba a leer esa carta, como el dulce aroma de una pastelería a comprar dulces bollos de chocolate. Sabes que no son saludables, pero es inevitable.
Sí. Leí esa carta. ¿Adivináis qué ponía?
“I want out of here. I need it.” – Quiero salir de aquí. Lo necesito.
Si alguna vez habéis visto películas de miedo con sobresaltos, conoceréis más que de sobra esa sensación que te invade cuando el zombie aparece de repente en la pantalla, cuando en el cine suena la música fuerte y retumbando en toda la sala tras el silencio infinito característico de las salas. Esa sensación de que las manos se congelan, y de que tu corazón daría cuanto estuviera en su mano por salir por tu garganta. La sensación del sobresalto, la tensión, quizá ansiedad. Una sensación emocionante cuando sabes que lo que sucede a tu alrededor es ficción. Cómo os envidiaba en ese momento…
Mi alma era hielo al leer esa carta. Su aspecto de por sí era ya espeluznante: Un fondo gris mate, con letras negras y profundas como la misma noche… Por si fuera poco, ya lo que ponía no es que fuese más tranquilizador. Consideraba todo lo que estaba ocurriendo una broma de pésimo gusto, si es que alguien humano estaba detrás de todo eso… Cosa que empezaba a dudar.
Si es cierto que la curiosidad mató al gato, mi gato estaba ya muerto más de sus 7 veces. Se me quitaron las ganas de hacer cualquier gesto de curiosidad desde ese momento y hasta el fin de mis días. No quería abrir ese Huevo, no quería tenerlo encima y quería quemar ese juego para jamás en mi vida volver a oír nada sobre él. Intenté dejarlo en el PC una y otra vez, una, dos, tres y mil veces, pero no era posible. Traté de quitarle la carta, pero no era posible. El juego no me daba la opción “Quitar” en el submenú de “Carta”. Sólo había “Leer” y “Salir”. Armándome de valor, volví a abrir la carta. Quería buscarle una explicación, un motivo a todo lo que estaba pasando que me sacara esa ansiedad del cuerpo.
Pero… Mi ansiedad aumentó.
La carta, sin motivo aparente, había cambiado. Ahora el fondo era negro, y sus letras eran de un color rojo tan vivo que parecía que la pantalla de mi DS sangraba…
Ponía:
“Get me out of here… Please…” – Sácame de aquí… Por favor…
Esto, lectores y lectoras, hay que vivirlo para saber qué se siente. Hablando en términos coloquiales y entendibles, el cague era de cojones. Empezaba a sospechar que todo lo que estaba sucediendo no era real. Yo me debí dormir bajo la sábana mientras jugaba, y mañana iba a ser todo normal, mi juego normal, mi vida normal, y mi ansiedad y miedo una estúpida anécdota que me dará grima hasta la hora del café del desayuno. Pero nada más lejos. Esto era bien real…
Aunque quizá os burléis de mí, tenía ganas de cerrar los ojos y esconderme, como un ingenuo niño pequeño. Que todo pasara. Una pesadilla estúpida, que el corazón no siente si los ojos no ven. Pero no podía hacer eso… Toda clase de ideas extrañas y sádicas se pasaban por mi mente. Tenía un inmenso temor a lo que pudiera pasar si apagaba la DS.
Intentando ser empático (tanto como era humanamente posible), me metí en la historia. Yo era un entrenador con un Huevo muy particular, que me pedía con todas sus ansias (las que quepan en un Huevo) que le abriese. Quién sabe, quizá ese cascarón de lunares rojos era una especie de prisión… Quizás, dentro había algo que acabaría con todo esto, un final feliz, la liberación de cual fuera el ser que yacía en el más que mencionado Huevo. Además, me lo había pedido por favor.
No me preguntéis por qué, pues todavía hoy no sabría responderos, pero sentí que debía abrirlo. Tampoco sé de dónde supe sacar tal cantidad de empatía, pero me puse en el lugar de ese Huevo. De un estúpido Huevo. Me sentí como se podría sentir él. ¿Y si un maligno cascarón fuese mi prisión? Yo también querría ser liberado. Aunque quizá hubiera utilizado medios menos escalofriantes. Sin embargo, yo debía ser el elegido y, si ese Huevo lo había mostrado así, quizá debería cumplir con mi “deber”.
Ahora bien, es bien sabida la dificultad que tienen los Huevos Malos para abrirse, y si su descripción coincidía con la de uno de ellos, quizá también lo haría su tiempo de gestación. De hecho, algunos Huevos Malos nunca se abren. Dicen que eso depende de los datos que hayas corrompido. No recuerdo haber corrompido nada… No había “metido mano” a mi juego en ninguna de sus formas posibles.
Debía intentarlo. No estaba solucionando nada diciéndome que hacerlo era difícil. Sabía bien lo que tenía que hacer, así que me puse a ello. Lo llevé conmigo allá por donde avanzaba. Completaría la historia con él en mi equipo, aunque quizá me dañase la partida. Era un riesgo que tenía asumido, lo correría.
Cuál fue mi sorpresa, cuando, al salir de la Guardería, tan solo tuve que torcer al camino de la izquierda de la Ruta 3, cuando se me abrió un cuadro de diálogo:
“…”, ponía.
Después de eso, la pantalla estuvo en negro durante unos segundos. Mientras permanecía así, pensaba que todo había terminado por fin. Tal vez ese era el final para una anécdota que contar a los amigos, el Huevo se “abrió” entre sombras, y todo acabó bien. Pero solo unos 10 segundos después, aproximadamente, salió la pantalla de eclosión del Huevo. Me llamó la atención que no empezaba a resquebrajarse como solía pasar en juegos anteriores. Estaba estático, frío, distante… No mostraba reacción aparente. Sin embargo, pasado lo pasado, el hecho de que no empezara a abrirse era lo que menos me preocupaba.
De repente, sin ningún movimiento previo, haciéndome dar un saltito sobre mí mismo del susto… El Huevo se abrió.
Ahora viene la parte más escalofriante de todo el juego. Si bien antes lo había pasado muy mal en cuanto a sustos y temores, en ese instante me di cuenta de que el auténtico pánico acababa de empezar.
De todas los Pokémon que imaginé que podrían nacer de ese Huevo, nunca se me pasó por la cabeza que fuese algo tan espantoso. Según mi teoría anterior, sobre aquello de que el interior del Huevo contenía un ser atrapado, me imaginaba algo más… esperanzador, ahí dentro. Qué deciros, un Togepi, un Pikachu… ¿Quizá un Arceus? Pero nada de eso…
El Huevo contenía… … No sé muy bien qué era. Todavía hoy sigo dudando si verdaderamente, eso era lo que yo bauticé por Zorua. Era el único Pokémon al que se me podía asemejar. Era un ser de lo más extraño. Si la intención del juego era representar un nuevo Pokémon, estaba bastante claro que se había basado en Zorua. Por ello lo llamaremos así de aquí en adelante.
No sólo la presencia de un Pokémon del tipo Siniestro en un Huevo así ya asustaba por sí sola, si es que era de ese tipo, sino también todos aquellos matices distintivos que le acompañaban. Señores, no veréis en vuestra vida un Zorua como el que yo tuve la espantosa oportunidad de ver:
En el lugar de sus orejitas, ahora habían en su cabeza unos enormes y afilados cuernos del color de la sangre más pura. A ello le acompañaban numerosas manchas de sangre, fría y repugnante sangre, repartidas entre sus patitas y su boca. Daba la impresión de que, en una vida anterior, ese despiadado ser hubiese matado sin control a todo ser que se le cruzara por delante. Sus ojos transmitían la inquietud y el ardor de las entrañas del infierno, sensación quizá acompañada por los mechones de pelo que tenía en medio de sus cuernos, ahora transformados sospechosamente en los colores de un fuego vivo e intenso. La oscuridad de su pelaje era mayor de lo normal, notoria hasta en el día más radiante.
Ya dije esta frase previamente, pero insisto: Para saber cómo me sentí, esto hay que vivirlo.

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El cuadro



Debo decir que no pude continuar luego con mi vida, muy as mi pesar, después de esto estos fantasmas me persiguen hasta hoy, el poder del terror y la desesperación fue gigante, pudo vencer al olvido.
Alguna persona  más sosegada  podría soportarse a si misma luego de esto, la vida continuaría con una simple carga sobre sus hombros, pero ese no es el caso.
Además, puedo asegurar que no estoy loco, al menos no  falto de razón, pues podrán ver mi tranquilidad al relatar estos hechos, seré lo más breve y conciso posible, así los hechos podrán ser bien interpretados, pero de todas maneras no callaré mis propios pensamientos y opiniones pues quiero que vean los sucesos a través de mis ojos y mi punto de vista. No quiero que me crean un loco y un aberrado que solo comete lo que un impulso le manda, yo no soy asi, utilizo mucho mi cerebro en su totalidad y el terror no me sorprende muy seguidamente.
Pero en este caso el terror me derribó y me destruyó, me ataco por la espalda con sus garras puramente construidas con la sangre que cayó en ellas, sangre de los hombres excitables y estúpidos, como fui yo en ese caso. De todas maneras logre librarme de esas garras y en ellas no yace ni una gota de mi sangre, aunque si de personas de mi entorno que fueron irracionalmente apegadas a mi ser en mis peores momentos,  se que yo no hubiera hecho lo mismo en otro caso, no soy una persona muy compasiva y no  lo seria de un día para otro, aunque disfruto ahora la compañía de otras personas que antes me irritaba, tal vez me apetece ahora por su falta.
De todas formas esta historia nunca antes fue contada y tal vez sorprenda  atrape a quienes la lean, es algo grotesco y horrible para mi, pero tal vez otras personas me creerían exagerado por estos pensamientos,  es claro que no es mi caso, yo solo pienso que me afectó en especial por hechos anteriores que no contaré pues no están avalados por ningún tipo de pruebas, es solo mi certeza.
En mi niñez el arte en general me atrapaba curiosamente, siempre la música fue algo presente en mi vida, desde la primera canción que había escuchado, pero la literatura era mucho más apreciada por mi, desde pequeño volcaba casi exclusivamente mi potencial y creatividad en pequeñas narraciones.
Mi mente divagaba continuamente y eso era una ayuda ciertas veces y un obstáculo otras para el proceso de escritura. Mi amor por los libros y autoexclusión del mundo era por el simple hecho del exceso de pensamientos constantes y rápidos que llegaban a mi cabeza, tal vez eso me llevo a poder diferenciar cosas que posiblemente otros verían como inexistentes, tal vez también eso me llevo a mi temor a la muerte en mi niñez, la esperaba como algo horrible, que podía aparecer en cualquier lugar imaginable y llevarme, teniendo un extraño y especial interés hacia mi persona, exclusivamente. Ese temor luego lo forcé a convertirse en infundado al llegar a mi juventud, en ese momento mi integridad emocional dependía de que yo crea lo que yo mismo sabia disparatado e imposible, que la muerte no llegaría. Como podía ser posible tal cosa? Pero de esa forma logre llegar  a la madurez, de ella poco recuerdo, fue muy agitada y mis ánimos no eran lo suficientemente buenos como para poder apreciar un momento y retenerlo en mi memoria, cosa que me forzó  la situación a hacer en su momento, pues si me despertaba con una mujer del otro lado de la cama y un anillo al dedo sin recordar lo sucedido y que todos los hechos anteriores estuvieran sumidos en una copa de vino o una botella de wisky,  mo podría seguir cuerdo?.
Mi mujer compartía ferozmente mi amor y pasión por la literatura,  pero con ella vendría también una afición descontrolada por la pintura. Pronto supe prácticamente lo mismo que ella sobre este arte, cada detalle, cada técnica, cada nombre, mis recuerdos habían logrado ser menos difusos gracias a mi mujer, por eso lograba recordar sobre los cuadros, o tal vez  la pintura me había quitado el alcohol por siempre y había puesto algo mucho más hermoso. Con mi esposa también llego una nueva visión de la muerte, la cual tanto me acosaba en mis primeros años.
Tome la idea de que la muerte es simplemente el final, como el final de una cena es lo que se espera y el final de cualquier otra acción realizada, por ejemplo beber, escribir, caminar vivir. Claro, la muerte era eso, el sentido de la triste existencia que tienen los humanos, animales, plantas y toda clase de organismos sobre la tierra. ¨La muerte es la solución de todos los males¨.
El dictador con una visión tan tenebrosa y horrible, y claramente con otras intenciones tras la frase que dijo esto, un concepto no del todo errado, fue Stalin.
Estas nuevas conclusiones que había sacado yo en un principio fueron un sedante para mis descontrolados nervios, pero luego analice la situación y luego de pasar del miedo a la felicidad encontraba un nuevo estado mental, la depresión. Estaba sumido en una depresión sin una justificación precisa, sino muchas dudas generadas por la desesperanza que me transmitía saber que me esperaba en la vida, la depresión me transformo en una clase de ermitaño monstruoso, sin ideas para la vida y sumido nuevamente en el alcohol y en los libros. Mi amor por la pintura me fue dejando tal como mi esposa, en cuyos ojos ya no veía más que un apoyo y preocupación obligados por la alianza que compartíamos, pero a medida que paso el tiempo y la disposición de mi mujer comenzaban a acabarse mis escritos se hacían mejores, más personales y más honestos. En ellos no volcaba todos mis pensamientos y sentimientos de una manera poco convencional, con comentarios de por medio y sin continuar historias lineales, sino con pequeños retoques de demencia e insalubridad mental, aunque debo repetir una vez más, no estoy, teóricamente loco, no estoy tampoco borracho en este momento y deseo que se continúe teniendo en cuenta y apreciando la situación desde mis ojos. Si repito esto es por la simple razón de que mucha gente se ha ido de mi lado por mi presunta insania mental, cosa que yo no apreciaría en este momento de buena manera, pues narrar mi historia es aterrador y horrible para mi.
Note que el amor de mi esposa había sido reemplazado por terror y odio me daba cuenta claramente de su molestia por mis pedidos y exigencias constantes que llenaban diariamente sus oídos, aún yo no ejercía violencia física ni verbal sobre ella pero mi poco movimiento y nula ayuda influía para mal en mi relación con mi mujer y yo era consciente de eso, lo que no significaba que hiciera nada para cambiarlo, pensaba que simplemente era una etapa del matrimonio, que yo era inocente y que ningún pretexto que utilizara para dejarme seria valido, pero esos pensamientos no lograban convencerme  y  así fue como sus diarias quejas por mi exclusión y depresión fueron acumulándose dentro mío e irritándome, tanto que llego un punto en el que mi subconsciente hablo por mi y golpeo por mi. La violencia que yo podía ejercer hasta un nivel aproximadamente sano había sido excedida, la vergüenza me invade ahora, pero antes no lo hacía, la demoniaca mujer llamada alcohol me había encantado y había suplantado todos mis amores, tales como el arte, la música y mi esposa, ellos estaban perdidos, pero aun yo no lo estaba, aun me guardaba una cuota de autocompasión y auto compresión suficientes como para no quitarme la vida, todavía conservaba la cordura, (aunque probablemente hasta este punto no lo crean) porque, ¿Qué es la locura? Incluyendo la definición técnica ¨Falta del uso de  la razón¨ que está totalmente errada, pues se cree que un loco es un hombre con características similares a las de un estúpido, aunque eso no sea así sino en algunos casos cuyas dos definiciones sean correctas, en ese caso el hombre está perdido totalmente, pues un loco sin uso de razón no podría sobrevivirse a sí mismo, yo era consciente de eso, lo cual me tranquilizaba porque la razón era uno de mis fuertes y podía sumirme rápidamente en la locura, la cual lleva a un camino sin salida posible o imaginable.
La razón invade una cabeza, la acecha, la observa y la destroza, la rebalsa hasta el punto en que ella se termine enfermando a si misma, la locura, entonces es el uso excesivo de la razón.
Finalmente la irritación que empezó a mostrarse en mi me llevo de la demostración excesiva de mi hombría a los deseos profundos de matar a mi mujer, no eran simples pensamientos pasajeros, mi mente planificaba detalladamente la manera correcta de hacerlo, aunque ninguna de esas maneras me daba convicción suficiente, las ideas más disparatadas eran descartadas rápidamente por la imposibilidad de llevarlas a cabo y las más simples eran descartadas por su mera simpleza. Quería que nadie sorprenda ni una pequeña mancha en el piso. En el inicio mi obsesión con este asesinato inicio como una gran diversión, pero luego fue tomando forma de intento de homicidio, para luego convertirse en una idea seria, comencé a evaluar diferentes opciones para la acción. Al definirla claramente la descartaba y luego volvía sobre la misma. Así paso medio mes, mi interés se había transformado en ansias de que el momento llegue. Esas dos semanas nuestra relación mejoro, muy probablemente por mis intenciones de asesinarla. Mi proceder logro ser efectivo, me volví muy atento y comprensivo, logre ver nuevamente amor entre nosotros, pero eso no me podía distraer, yo debía cometer el homicidio, los planes estaban hechos y yo debía llevarlos a la práctica, se habían convertido en una obligación impuesta por mi mismo, pero no puedo asegurar que el alcohol me obligo a hacerlo pues durante esas dos semanas ni siquiera tiempo me quedo para el alcohol, estaba demasiado pendiente de mi esposa y de causar una gran impresión en ella, cosa que logre fácilmente. Hoy todavía me cuestiono al recordar su sonrisa de fascinación al pensar que todo se estaba reparando, con una ingenuidad que a mi me dibujaba una sonrisa aún mayor.
Finalmente llego el día en que mis planes finalizaron y mi paciencia no soportaba más, mi excitación se debía más al tiempo de planificación que al hecho mismo, esto último había perdido mi interés real, no veía ya razón o pretexto para lo que iba a hacer, pero no perdía su cuota de diversión. Los planes realizados durante tanto tiempo eran razón de más, o eso creía yo.
Iba a proceder con cautela, definitivamente, no quería ser obvio, no quería que ella sintiera terror, eso no haría mal al ser despreciable en que me había convertido, pero le quitaba parte del atractivo a la situación.
Prepare una cena de recuerdo, con platos de comida que no se iban a tocar siquiera, la escena era totalmente creíble, pero yo quería perfección.
Claro que la idea seleccionada no era la más elaborada de todas, pero la lleve a la práctica por razones varias que ahora no acuden a mi mente.
Al recibirla mi esposa se veía extasiada, sorprendida, aunque no más de lo que luego se sorprendería. Demostré mi falso amor de manera pegajosa, asquerosa, me alentaba mentalmente. La realidad es que mi actuación fue fantástica, aun me queda algo de amor propio para admitirlo. Mi mano rozaba siempre el candelabro de plata, ella no lo percibía, cosa que me despreocupaba.
En un momento lo alce sobre su cabeza  y ella se llevó las manos a la cara, no gritó ni en el primero ni en el segundo golpe, cayó tendida a mis pies y para que todo fuera aún mejor ni una gota de sangre emanó de su rostro al caer, ni de su cabeza al recibir los golpes de mi arma asesina.
Removí el cuerpo con delicadeza, sosteniéndola con ambos brazos por encima del suelo, fui consciente al no arrastrarlo pues sobre el piso de madera se oiría suficiente ruido como para alertar a los vecinos, ya que los sentidos se agudizan por las noches.
Lleve a la parte trasera del jardín el cuerpo y ahí lo despedace, probablemente ella estaba aún con vida y la asesine despedazándola de una manera grotesca y horrible. Allí la enterré  y me asegure de no dejar rastros, de eso me ocupe el resto de la noche, al amanecer me propuse descansar y fui a la cama con una sonrisa en mi rostro.
En la mañana siguiente, al despertar me cerciore nuevamente de que todo siguiera en orden y luego decidí informar sobre su muerte a todos los familiares y amigos, no evadí el detalle de que no habría funeral porque su muerte había sido tan abrupta que antes de hacer la despedida de su cuerpo debimos asimilar lo sucedido. Para cuando todos se pregunten sobre mi, habría desaparecido del ojo humano.
Bajé al sótano, me propuse quemar las posesiones de mi esposa muerta, pero una pintura me llamo en especial la atención, era un barco con un solo tripulante y de fondo el mar, no tenia nada especial pero supuse que tenerlo no me haría que toda la otra sucesión de hechos. La colgué sobre la cabecera de mi cama y note que se inclinaba sobre un lado, pero no me preocupó, extrañamente, inclinado como estaba podía apreciarse mejor la imagen del tripulante, aunque era difusa.
En ese momento empecé a preocuparme progresivamente, hasta rozar la desesperación. El tripulante era una mujer y tenía algo que yo podía reconocer. Si, se me ponía en evidencia claramente, la imagen me perturbó y tuve una sensación de inseguridad al tenerla tras mio al acostarme, aunque no me atreví a quitarlo de mi cuarto. Lo apoye del otro lado, viendo directamente hacia mi cuando estuviera durmiendo.
Al trabajo fui demostrando tranquilidad y tristeza, quería disipar toda duda posible sobre la muerte de mi esposa, descubrí una vez mas mi gran capacidad de simulación, aceptando los pésames que tanta gente me brindaba y el sentimiento ¨compartido¨ que muchos aseguraban tener.
Anuncie también ese día mi renuncia y mi mudanza de la ciudad en un futuro próximo, no puedo mentir, nadie pareció realmente interesado en eso último, seguramente porque me recordaban como el borracho que siempre fui.
El siguiente medio año continuo con normalidad, solo una pequeña carga  posaba sobre mis hombros y era tal vez transmitida por el único recuerdo que había atesorado de mi esposa, y este seguía torcido.
Y esa noche fue tan clara y tan poco convencional que mi memoria se negó a rechazarla, a pesar de todos los medios por los que intenté hacerlo, nada funcionó. Lo sucedido fue tal vez una seguidilla de alucinaciones que me persiguieron y me persiguen aún, que han significado algo mas terrible que todo lo cometido por mi con anterioridad, algo que luego de presenciarlo le quitaría la posibilidad de contarlo a cualquier intelecto inferior, que no sabría que clase de placebo mental utilizar para  quitar la muerta de sus muebles, sus zapatos, su casa.
Fui presa del monstruo que describí al inicio del relato y alimenté sus garras.
Me desperté sobresaltado, con una sensación agria en la boca, y percibí un sonido imposible de identificar, era un sonido constante, no crecía ni decrecía, miré en derredor y no percibí nada, intente concentrar mi oído en ese sonido extraño, pero no lo logré, no logré identificarlo, pero que horrible sonido, quería saber de dónde venía, aunque yo lo sabía, yo lo sabía y lo evitaba. Dirigí la mirada a esa pared y oí claramente lo que me atormentaba, oí garras, oí un grito ahogado, dolido, fantasmal, miré la pintura, algo la golpeaba desde adentro, pero eso era imposible, el cuadro es plano, no tiene profundidad, esos pensamientos no me convencían, y el sonido del oleo rajado me los quitó de la cabeza, oí las garras atacándolo y destrozándolo, y luego oí una voz fina, inconfundible, sonaba reprochante, me atacaba, me buscaba.
Y luego vi saliendo de dentro del cuadro, rajándolo y destruyéndolo, seguido de un grito agudo y escalofriante, el rostro de mi mujer
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