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martes, 16 de julio de 2013

No solo los perros lamen

La historia completa en el siguiente vídeo
Esto paso en una pequeña ciudad de Francia. Salió en casi todos los periódicos locales. Una niña de 9 años, hija única, de padres de gran influencia, tenía todo lo que hubiese querido y deseado una niña, pero con una soledad incomparable. Sus padres solían salir a fiestas de caridad y reuniones del ámbito político, y la dejaban sola.
Todo cambió cuando le compraron un cachorro de raza grande, pasaron los años y la niña y el perro se volvieron inseparables. Una noche como cualquier otra, los padres fueron a despedirse de la niña; el perro ya acostumbrado a dormir con la niña, se puso debajo de la cama.
Los padres se fueron y pronto la niña se sumió en un sueño profundo, aproximadamente a las 2:30 de la madrugada, un ruido la despertó: eran como rasguños leves y luego más fuertes. Entonces, temerosa, bajó la mano para que el perro la lamiese (era como un código entre ella y el perro), lo hizo y entonces se tranquilizó y durmió otra vez.
Cuando se despertó por la mañana descubrió algo espantoso: En el espejo del tocador había algo escrito con sangre que decía “NO SÓLO LOS PERROS LAMEN.”
Entonces dió un grito de terror al ver a su perro crucificado en el suelo de su habitación. 
Se dice que cuando los padres volvieron estaba totalmente trastornada y solo decia “¿quién me lamió?”.
Aun se busca al autor de tal aberración.

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