Normalmente duermo profundamente. Pero la tormenta eléctrica que se está desatando afuera no permite que concilie el sueño. Cuando estoy quedándome dormido otro trueno me despierta. Este ciclo se repite toda la noche.
Entonces sigo así, con los ojos abiertos y atentos, observando el cuarto quese ilumina antes de que nuevamente las sombras lo invadan. Mis ojos se mueven de un objeto a otro, hasta que veo el espejo, adyacente a través de la habitación. De repente un destello de luz, y el espejo se ilumina. Durante un escaso segundo el espejo revela una docena de caras. Siluetas dentro de su marco, bocas abiertas y ojos ennegrecidos. Ellos miran fijamente hacia donde estoy, sus pupilas negras fijas sobre mi cara. Luego se termina. ¿Estoy seguro de lo que vi? Todavía en shock no logro dormir por el resto de la noche. A la mañana siguiente quité el espejo de la pared y lo arrojé a la basura. No importa si la visión que tuve es verdad o mentira, pero quiero librarme de ese espejo. De hecho, me deshago de cada espejo de la casa. Las semanas pasan y el acontecimiento de aquellas noche queda en un rincón de mi memoria.
Estoy pasando el día en la casa de un amigo tengo que usar el baño. Mientras estoy ahí la llave de agua se abre y comienza a correr sin que la toque. Desconcertado por esto, no actuó, tratando de convencerme que es causa de una paranoia en mi mente. El agua comienza a echar vapor y una capa de humedad cubre el espejo. Miro atentamente mientras se forman las palabras: “Por favor devuelve los espejos. Extrañamos verte mientras duermes por la noche.
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